martes, 26 de junio de 2012

Publicación de un estudio sobre la marcha de este proyecto


PAREDES, J., HERRÁN, A.; VELÁZQUEZ, D. (2012). Generando una comunidad de práctica en una red social. Análisis de un caso
Revista complutense de educación, Vol. 23, Nº 1, pág. 75-88
Disponible online en: http://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/view/39103/37716 

¿Qué aprendimos en 2010-11 de la red social puesta en marcha? El caso que se presenta generó nuevas directrices para el proceso de incorporación de participantes (entre colectivos que tenían un deseo de cambio, que ya estaban al menos informalmente organizados, o bien que tenían responsabilidades de coordinación), el tipo de formación previa (con una variedad temática que incorporó de forma expresa técnicas de diagnóstico de la realidad, tutela para estudiantes como estrategia de apertura a una enseñanza centrada en ellos, y más TIC con un componente procesual y emotivo más que demostrativo), el papel de los facilitadores (menos instrucciones de participación) y la forma de incentivar la participación (certificar cuando se acabara todo el proceso).
Todo ello porque los resultados son modestos, particularmente en las interacciones dentro del grupo, que son el sentido de una comunidad (más que la reacción a los comentarios de los facilitadores). La creatividad y las TIC son reclamos muy poderosos para transformar la práctica. Sin embargo, no parece lo suficientemente atractivo como para provocar una avalancha de participación. Fue invadida por otros  actores condicionantes. 
Nos pareció que el compromiso de los participantes con la comunidad no pudo ser muy alto. Las condiciones de trabajo de los profesores universitarios en México (aunque no se declararon segundas ocupaciones), el soporte emocional (que se confiaba a grupos locales autoconstituidos) y la libertad para participar una vez se había obtenido certificación ya eran suficientemente poderosos obstáculos y eximentes. El tamaño y estructura de la red y la forma de promover la participación también pueden haber sido obstáculos. Las investigaciones de Stuckey y Barab (2007), aunque no son concluyentes al respecto en estos aspectos, no las recogen. Nuestro caso nos hace inclinarnos a pensar en las primeras (proletarización, emotividad, certificación) como las razones más poderosas para las dificultades de funcionamiento de esta red. 
Entre los cambios observados, se puede decir que:
- La educación superior con prácticas centradas en el estudiante puede promoverse a pesar de una historia previa de prácticas tradicionales.
- Es posible formar comunidades virtuales para la formación continua basada en redes.
- Es posible la reconstrucción de la formación docente continua en una comunidad virtual en la educación superior.
- Los profesores pueden encontrar respuestas al proceso de cambio de su enseñanza en una comunidad de esta naturaleza. Desgraciadamente estamos en una fase experto-usuario.
La comunidad no funciona adecuadamente, y creemos que las fortalezas y debilidades pueden explicar lo que sucede y lo medios que necesitamos explorar en próximos estudios.
Los puntos fuertes fueron las siguientes:
- Los docentes participaron con gran disposición y entusiasmo en todos los procesos de formación que se presentaron.
- Los docentes se incorporaron al proceso de formación mediante creatividad en sus propias clases.
- Este proceso promueve formas de trabajo que son útiles para el desarrollo profesional. 
- La comunidad puede funcionar sin la presencia de agentes de cambio. 
Las debilidades son:
- Para los profesores que no participaron, la metodología y el recurso no eran lo suficientemente atractivos, o no fueron capaces de encontrar una manera de interactuar y participar.
- Dado que los participantes necesitan a los agentes de cambio, hay que buscar alternativas para que la red funcione.
- No pasa nada que no está sucediendo en la realidad. ¿En qué medida la falta de una comunidad previa afecta el funcionamiento de la comunidad virtual? Ha habido una cierta ingenuidad con respecto a la fuerza de los temas de la creatividad y las redes sociales como una herramienta para el cambio.
- No había necesidad o demanda previa de formación, aunque la temática era demandada al ser presentada.
- Los profesores comparten un área geográfica relativamente cercana, la ciudad de México, lo que puede haber significado que la red no era necesaria y se ha sustituido por el intercambio informal. Posteriormente se nos planteó que, bien al contrario, nadie estaba interesado en cruzar la ciudad para mantener reuniones.
- El carácter voluntario de la participación era muy condicional.
- El tiempo asignado para el proyecto era demasiado corto. El cambio suele ocurrir a más largo plazo.
- Exigir pruebas de la participación inhibe la propia participación. 
Queda entonces un nuevo espacio para seguir preguntándose con la propia comunidad para comprender mejor la génesis de las comunidades virtuales que procuran desarrollo profesional.